El curso que presentaba tendía a la reivindicación de la filosofía, y de ahí su presentación de un filósofo elegido, cual en su caso fue John Stuart Mill, confesado por el mismo como no de los más afamados pero sí alguien esencial para la modernidad democrática.
Y su libro explicado fue SOBRE LA LIBERTAD, conforme a los postulados de su presentación:
Destacaré de sus naturalísimas exposiciones, una primera explicación llamativa de la diferencia de la filosofía respecto de los saberes prácticos, y que en términos no literales expresarían la siguiente idea:
En el saber práctico
(como preguntar la hora
o en la ciencia)
la respuesta cancela la pregunta,
pero en la filosofía
la respuesta abre mayormente
el interés sobre la pregunta.
De ahí que en la filosofía las respuestas atinadas incrementen el interés de las preguntas bien planteadas.
Ahora bien, desde la libertad civil, no deja de recordar Savater que "las opiniones no son las respetables, sino las personas". Lo que quiere decir que siempre pueden discutirse las primeras, pero no la libertad de las personas para expresarlas.
Por cierto que, como bien recordó Savater sobre el gran amor de Mill hacia su esposa, Harriet Taylor, en su agradecimiento y colaboración en dicha obra figura el siguiente elogio a la misma, tras su fallecimiento anterior a su publicación:
Si yo fuera capaz
de interpretar la mitad
solamente de los grandes
pensamientos y de los nobles
sentimientos que con ella
han sido enterrados,
el mundo, con mediación mía,
obtendría un fruto
mayor que todo lo que yo
pueda escribir sin su inspiración
y sin la ayuda de su cordura
casi sin rival.
Merece destacar también la idea que Savater expueso con ocasión de su denuncia de los fantatismos, pues, sin necesidad de su demonización, encontró una raíz natural bastante lúcida, que pudiera traducirse en mis palabras como sigue:
el fanático alivia
una inquietud interior
cuando pretende
que todos pensemos igual,
pues así deja de plantearse
necesidad alguna
de tener que pensar en ello
Así expuso el gran peligro del rebaño pues por inercia tendemos a hacer las mismas cosas que hacen los demás sin tener que plantearnos ninguna razonabilidad de lo que estamos haciendo. Es lo cómodo, lo seguro, lo estable.
En su exposición de la ciudadanía democrática Savater expuso la obviedad tan desconocida de que sólo deriva del Estado, con una gran ventaja de su reconocimiento:
Una vez aceptada
la ley común
podemos ser todo
lo diferentes que queramos.
De tal defensa de la libertad de opinión y costumbres personales, a raíz del libro de Mill, me resultó llamativa la siguiente exposición del beneficio social de la misma:
la libertad en la diferencia origina
perspectivas originales
con las que poder progresar
(si se las reprime de origen
se estarían cegando los cauces
de la renovación social).
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