domingo, 2 de noviembre de 2014

AMANTES SOBREVIVEN románticos entre RUINAS de DETROIT

Una película puede poetizar un presente, filosofando sobre un amor eterno que no encuentra espacio, salvo entre unas ruinas deshabitadas.

Detroit será ese marco para SOLO LOS AMANTES SOBREVIVEN de Jim Jarmusch.



La deserción humana se profundiza hasta la decadencia de un entorno, que se califica de "zombi" por su "temor a su propia imaginación".



Se ve que han proliferado los grafitis en tal abandono. Este parece invocar el futuro de una raza humana que se vulgariza hasta la decadencia.

A ello teme el culto vampiro que desfallece de soledad y aislamiento de los "otros", a pesar de nutrirse de la mejor música y ser privilegiado con un profundo amor.



El amor a la cultura resulta la gran defensa de la supervivencia que la amante expone ante el romántico esposo en crisis.



Eva esgrime ante Adán la virtud del baile, como canto a la vida y así la escena más simbólica de su amor girará en torno a un vinilo que gira y gira como una resurrección.



Las ruinas de gran teatro Michigan serán el signo de una nueva piel pero tan inalcanzable como la luz de un aparcamiento.




Hasta Marlowe renunciará a su gloria en aras de evitar mayor caos, pero quedará como lo sublime que se pierde.



Todos apurarán su copa de escasa esencia y menos nutriente para un desfallecimiento que se aplaza.



Los libros, los libros se empacarán para los viajes nocturnos, que necesitan guardar toda la luz precisada para que uno se olvide de sí mismo.



Romanticismo y amor para un futuro trágico, sin que uno deje de ampararse en las ruinas. 



Conquistar la vida depende de tu música y de la madurez de tu amante.





Abraza el sonido de lo que de antiguo tiene el futuro.