lunes, 11 de mayo de 2015

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En la filosofía se concitan poesía y mundanidad, creación y experiencia vital, y LA CASA DEL LECTOR lo propicia con otros dos filósofos que nos muestran cómo se introducen góndolas ondulantes de pensamiento en las sombras de lo ejemplar con muy diferentes estilos.



De nuevo, sabia y brillántemente ( http://filosofandopoemasvitales.blogspot.com.es/2014_06_01_archive.html) el  Prof. Santos me ha deslumbrado con otra magnífica creación interpretativa, ahora sobre el conocer rítmico y amoroso en LA GAYA CIENCIA de Nietzsche. 





La filosofía es justamente 
ese esfuerzo que consiste 
en arrojar fuera las cosas 
para luego traerlas 
a presencia nuevamente 
bajo la luz de la inteligencia 
o de la razón.




Santos (a la derecha en la foto) nos sitúa en ese juego infantil del objeto cogido por un cordel que se tira y recupera sucesivamente para someternos al ritmo y la metáfora de un conocimiento donde se recoge algo (?) cogido ya previamente por otro algo que se tira, pero debemos saber cómo tirarlo y cómo recogerlo, así como saber esperar o no esperar que haya de ser lo que retorna.


Así pues el amor 
es el modo de incorporación 
del hombre al devenir 
como juego de relaciones de fuerza.
 El amor como estado 
que conlleva una «aportación»,
 una donación, un dar. 
Y es que no hay una “realidad”
 establecida de antemano, 
sino un juego de fuerzas en devenir
 en el que el hombre se implica
 a través o por medio de la ebriedad. 
De esta forma el hombre es atravesado
 por esas fuerzas, y toma también 
su sentido, su ser entre las cosas.

"Don de la ebriedad" (Claudio Rodríguez) como es la poesía en su sentido más creativo, como sigue diciendo Santos en cita del propio Nietzsche:


El ritmo produce un deseo
 insuperable de seguirlo 
y de acomodarse a sus movimientos; 
no sólo el paso de los pies 
lleva el compás, 
también la misma alma lo sigue 
—¡por lo tanto, probablemente también 
el alma de los dioses! 
Se intentaba así, pues, 
mediante el ritmo, 
ejercer una presión 
y un poder sobre ellos: 
se les arrojaba la poesía 
como un lazo mágico. 
(Gaya Ciencia aforismo 84)

Haciendo un paréntesis al sabio, lazos e hilos tienen una importancia radical en la última joya de animación clásica que nos trae de nuevo Tom Moore en su recientemente estrenada CANCION DEL MAR, pues así el protagonista ayudará a su hermana siendo guiado por el cordel que cuenta la historia pertinente a su misterio.




El ritmo entonces 
es la gestión de un deseo,
 un lanzamiento al otro 
que, sin embargo, está marcado 
por la interrupción, por la discontinuidad interna.
Aquí está entonces su rasgo definitorio: 
el ritmo es un vínculo, 
un lazo, sí, pero un lazo roto. 

Ruptura, interrupción, salto, distancia, alteridad... convocan la sorpresa, el juego, lo imposible...


La afirmación del conocimiento 
es ya una afirmación múltiple. 
Y lo es porque está rota por el azar, 
por esa radical alteridad. 
Las cosas, lo que acontece, 
están rotas por el azar. 
Y precisamente es ese azar 
lo que les hace singulares, 
al tiempo que no unitarias, 
no identitarias, preñadas de porvenir. 
De tal manera que la afirmación
 del poeta no se da a lo que es,
 sino a lo que viene, 
si bien eso que viene 
no es saturable. No se ve venir.



A este porvenir es al que se dirige la famosa proposición de Nietzsche:


«Quiero aprender cada vez más 
a ver la belleza existente 
en la necesidad de las cosas 
―así yo seré uno de los que las embellezcan. 
Amor fati: ¡que éste sea
 mi amor a partir de ahora!»
(GAYA CIENCIA, aforismo 276)

Acaba siendo un porvenir azaroso y desconocido, tal y como luego insistió el Profesor:


Lo que vuelve en el amor
es la estrañeza.
*
El sí a la extrañeza del otro.

¿Qué acaba retornando del hilo del conocimiento como amor? Lo que nunca supimos que fue y que desconocemos si o qué vendrá.



Quizá aquí podría oírse la risa traviesa del niño juguetón.

Y con este pretexto enlazamos con el otro clásico que introduce el otro ponente filosófico, pues una cita de las célebres conferencias sobre LA RISA de Henri Bergson llevan a George Steiner a invocar este hilo conductor:


Sólo Nietzsche rivaliza
con esta incisiva ligereza.
un mercurial "élan" (impulso)
-una palabra que Berson hizo suya-
estimula el hallazgo
psicológico-epistemólogico.
(LA POESÍA DEL PENSAMIENTO, 
Capítulo 6, pág. 166).

Un estilo diferente, escolástico sin academia, pero invocando "el libro de la vida", lo "mundano", nos trajo el famoso "Director" de la Fundación Juan March, D. Javier Gomá Lanzón, que traído de la mano por el también "Director" de LA CASA DEL LECTOR, D. Cesar Antonio Molina, nos deparó dos tardes de ininterrumpida exposición, para comenzar presentando a su paradigma intelectual, como precursor de la crítica al positivismo, literato (Premio Nobel del Literatura en 1927) y sobre todo redescubridor de la ejemplaridad en el siglo XX (Henri Bergson).




Tal fue el éxito social de Bergson entre finales del XIX y principio del XX, que cuenta Proust (lejano pariente de aquél) cómo las damas mandaban por adelantado a sus lacayos para reservar el sitio en sus conferencias.

Steiner señala en LA POESÍA DEL PENSAMIENTO, como crítica a tal famoseo:


Puede que buena parte
del hechizo de Bergson
fuese banalidad mundana
-el París de moda
abarrotaba sus conferencias-
pero el estímulo
y el impacto eran reales...
¿Acaso su "encanto",
-palabra que le gusta
tanto como a Valéry- 
ha socabado su autoridad
intelectual
(Capítulo 6, págs. 167, 173)

No faltaba "encanto" y seducción en GOMÁ, que presentó a Bergson como ese modelo público también desde la perspectiva de la "filosofía dicha" con es prueba de autenticidad frente a la escrita que, al parecer, utilizó en la presentación de alguno de sus libros, con voz pedida al actor José Luis Gómez.

                                              

Efectivamente, también Steiner destaca su acento en el "ritmo", lo que nos enlaza con la ponencia del Prof. Santos, pues su dicción no fue menos importante que su contenido.


En una perspectiva que recuerda
las emanaciones de Plotino,
Bergson trata de descubrir
la generación de imágenes
y estructuras simbólicas partiendo
de la experiencia psíquica.
Esto lo conduce a una investigación
psicológica de los ritmos
y la entonaciones verbales...
Hay que leerlas,
como la poesía,
en voz alta.

Siempre siguiendo su idea rectora de la crítica al positivismo, mediante un dualismo que sacara a la filosofía de los meros hechos, en busca de la esencia, vino a ser precursor de lo que luego otros más afamados reelaboraron sin el debido tributo, como Heidegger y también nuestro Ortega y Gasset.




En el último libro de Bergson (LAS DOS FUENTES DE LA MORAL Y LA RELIGIÓN) encontró Gomá la ratificación en el siglo XX a su "visión" de la idea de "ejemplaridad" que le ha perseguido desde joven y desde sus estudios de los clásico griegos.

Sustrayéndola, eso sí, del aristocratismo con la que la trata Bergson u Ortega para hacerla más democrática y al acceso de cualquiera que se aborde un actuar o ser ejemplar:

En este sentido, la imitación 
de un modelo moral 
se compone de dos elementos,
 la acción del sujeto imitador
 y el ser del modelo imitado. 
Congruentemente, la exposición de teoría general
 debe, a su vez, dividirse en dos subpartes
 o secciones de diversa naturaleza. 
La primera, la Pragmática, investiga 
básicamente la acción del sujeto
 imitador en su relación 
con el modelo prototípico, 
si bien también aquí, 
como se razonará enseguida, 
deberá reconocerse una
 prioridad indiscutible al prototipo.
 La segunda se interesa, en cambio, 
no ya por la acción del sujeto imitador,
 sino por el ser del modelo imitado
 y se pregunta qué clase de ser
 es el modelo, qué convierte en modelo
 al modelo y en qué consiste
 su especial ejemplaridad,
 desarrollándose para ello una filosofía
 del ejemplo que cae enteramente 
en el terreno de la Metafísica
(IMITACIONES Y EXPERIENCIA
Capítulo XIV-1 Teoría general, Ed. Taurus)


En este libro, iniciador de su TETRALOGÍA, también ensaya una suerte de definición de la "experiencia" en el marco de lo que pretende sea el vínculo de su idea rectora:


Como definición provisional 
de lo que se entiende aquí por
 experiencia de la vida puede darse ésta: 
es el repertorio de ejemplos 
y antiejemplos concretos 
que un hombre acumula en su conciencia 
con el paso del tiempo y que le sirven 
para adaptar la novedad de una situación 
presente a lo ya vivido 
y experimentado en el pasado
 con el fin de repetir el éxito 
o evitar el fracaso de una acción anterior
(Ob. cit. Capítulo III)


En la experiencia de la vida
se encuentra la posibilidad
de un pensar innovador,
basado en la imitación de un ejemplo,
que, en su aspecto metafísico,
conduce a la idea
del universal concreto.

En fin, otra seducción, al menos en la "visión", que para Gomá ha de contar siempre con la subsiguiente "misión" para poder pasar la pasión inicial al concepto final.

Abusó finalmente, a mi entender de la idea de "perfección" en esa elaboración que entiendo más como creación continua, nunca acabada, donde probar y ensayar tiene relación con la pretensión de que el concepto no desvitúe la "visión".

Y termino con otras reflexiones de Steiner acerca de una perspectiva que no trató Gomá:

El intuicionismo de Bergson
bordea lo místico...
Para Peguy "el bergsonismo
 no es un geografía,
es una geología", que arroja
una luz sin precedentes
sobre los misterios
enterrados de la gracia
"a su vez el más profundo
de los problemas cristianos"
(Simone Weil, impregnada de Bergson
hubiera estado de acuerdo).
LA POESÍA DEL PENSAMIENTO
Ed. Siruela, págs. 165, 176).


Parece que Gomá ha dejado aparcado el proyecto de un "Deus absconditus" que había anunciado al terminar su último libro de la Tetralogía, "NECESARIO PERO IMPOSIBLE", quizá porque, como confesó, el terreno desconocido requiera de otro suelo diferente al seguido hasta el presente.

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Amor y ebriedad de palabras que son, quizás, otro tono buscando el afuera, más próximo al transporte de la poesía.