miércoles, 4 de febrero de 2015

EJEMPLO 3 poemas sobre AMOR fati DESTINO

Decir sí a la necesidad de las cosas puede representarse en el "modo de existencia significante" (Blanchot) que portan determinados poemas y, en tal sentido vengo a reproducir tres de sendos poetas estadounidenses que así me lo han inspirado:




Marianne Moore  (15 de noviembre de 1887 - 5 de febrero de 1972)
palmoore.jpg (32414 bytes)

carlisle.jpg (36262 bytes)
Qué son los años? 
           ¿Cuál es nuestra inocencia,
cuál es nuestra culpa? Todos están 
           desnudos, nadie está a salvo.
¿Y de dónde viene el coraje: 
la pregunta sin respuesta, la firme duda
-llamado mudo, oídos sordos – que
en la desgracia, incluso en la muerte,
            le da coraje a los demás  
  y en su derrota, incita al alma a ser fuerte? 
Mira profundamente
y se alegra por quien 
           accede a la mortalidad
y quien de su prisión se levanta
por encima de sí mismo
como el mar ante un abismo,
luchando por ser libre sin poder serlo,   
         encontrando en la rendición  
          su continuidad.  
          Así que quien siente con intensidad
se porta bien. Hasta el pájaro
            que crece cantando, fortalece
su forma hacia arriba. 
Aunque esté cautivo, su poderoso canto
dice: la satisfacción es poca
cosa, qué cosa pura es la alegría.
           Esto es la mortalidad,  
          esto es la eternidad.

(Versión de Tom Maver)




Raymond Carver  (25 de mayo de 1938 — 2 de agosto de 1988)
Raymond Carver.jpg
Al menos

Quiero levantarme temprano una mañana,
antes de que amanezca. 
Antes que los pájaros, incluso.
Quiero echarme agua fría en la cara
y estar en mi mesa de trabajo
cuando el cielo se aclare y el humo
empiece a salir de las chimeneas
de las otras casas.
Quiero ver cómo rompen las olas
en esta playa rocosa, no sólo escucharlas
romper como hice en sueños durante la noche.
Quiero ver otra vez los barcos
que pasan por el Estrecho desde todos
los países marineros del mundo-
viejos, sucios cargueros apenas moviéndose,
y las nuevas y ligeras naves
pintadas de todos los colores bajo el sol
cortando el agua al pasar.
Quiero estar preparado para ellas.
Y para el barquito que navega
el agua entremedio de los buques,
y para la estación que está cerca del faro.
Quiero ver cuando sacan a un hombre del barco
y suben otro a bordo.
Quiero estar todo el día viendo esto
y llegar a mis propias conclusiones.
Detesto parecer codicioso – tengo tanto
para estar agradecido a esta altura.
Pero quiero levantarme temprano 
una mañana más, al menos.
E ir a mi lugar con un poco de café y esperar.
Tan sólo esperar, para ver qué está a punto de suceder.
(Versión de Tom Marver)





W.S. Merwin (30 septiembre 1927)
Un credo momentáneo

Creo en el día ordinario
que está acá en este momento y es yo
no lo veo tomar su propio camino
pero tampoco vi cómo llegó hasta mí
se extiende más allá de lo que yo pueda
pensar que sé y todo lo que es real para mí
es el presente lo que se lleva consigo
a dónde se va cuando se va de mi lado
no hay lugar que yo conozca por fuera del hoy
excepto por todo lo desconocido entorno mío
la única presencia que aparece para quedarse
todo lo que yo llamo mío me lo prestó
incluso la forma en que creo en el día
mientras esté acá y sea yo.
(Versión de Tom Maver
hastadondellegalavoz.blogspot.com.es)


En la expresión poética importa sobremanera situarse como una experiencia interior, y así lo explicaremos mayormente en otras entradas de la mano de dos grandes filósofos franceses. 

domingo, 1 de febrero de 2015

ANTORANZ rostros JÁNICOS ciencia JOVIAL amor COLOR

Una nueva mirada de lo real desde el prisma inspirador de la ciencia puede revelarnos la falta de sentido de la existencia, a la vez que hacer de la vida la más jovial manifestación en su intrínsica facticidad.

Burano - Venecia

¿Quizás haya más colores en la existencia de los que nuestros juicios morales tradicionales nos dejan ver y sentir?

SANTUS JANUARUS lleva por título el LIBRO IV de la CIENCIA JOVIAL de Nietzsche y su primer aforismo (276. PARA EL NUEVO AÑO, 1882), contiene un deseo la "moral más privada" de la que quiere dotarse:

¡un pensamiento que será para mi
 fundamento, aval y dulzura de toda la vida ulterior!
Quiero aprender cada vez más a ver
 lo necesario de las cosas como lo bello:
 así seré uno de los que hacen bellas las cosas.
 AMOR FATI: ¡sea este a partir de ahora mi amor!
...
Y, en general y en definitiva:
 ¡quiero algún día ser sólo alguien que dice que sí!


Este libro IV, que así comienza, terminará con la invocación de las primeras formulaciones de sus más conocidas alusiones a la idea del "eterno retorno" y a Zaratustra.

En la última sesión del Seminario Nietzsche Complutense en en La Casa del Lector, en Madrid, el ponente Sergio Antoranz defendió una brillante interpretación de dicho Libro en fundadas y muy elaboradas tesis:

Al introducir el amor fati,
el amor al destino como tirada de dados,
Nietzsche está asumiendo que aquello
 que soy no puede aferrarse
a una idea de lo vivido,
sino desplegarse como incertidumbre
 y al mismo tiempo como la necesidad
de enfrentarse a toda herencia.
En este sentido, hay dos luchas
contra las que debe enfrentarse
esta nueva moral, por un lado, atender a la historia
como un proceso donde la razón ha confabulado
un tipo de ser humano, una necesidad
cuya naturaleza es siempre segunda.
La historia está teledirigida
y nosotros vivimos dentro de ese marco,
volverlo personal, tornar el conocimiento
como la herramienta de la emancipación de la historia,
ésta será la tarea del héroe,
el deber de imprimirse un estilo.
Solo en el conocimiento del pasado
encontramos la posibilidad de la liberación.

                           Sin título

Exigencia de conocimiento, por un lado, como esencial incluso para "aprender a amar" (aforismos 333 y 334). pues la ciencia también nos pone sobre la pista de aprehender algo que se nos escapa del pensamiento, como son los sentimientos, las emociones y las pasiones.

Pero, para hacer "jovial" tal ciencia, se requiere el otro rostro jánico del arte, como creación de vidas sentidas

                                   
Toda filosofía ha sido una extenuación
 del sentido, el triunfo de una hegemonía
 de la que Nietzsche pretende deshacer
 y desvelar la trama, 
atendiendo a la posibilidad de otras voces,
 convirtiéndolo en una tarea intransferible
al igual que el artista es un celoso de su obra
 y no permite ningún tipo de invasión
El artista es un héroe 
que lucha para dar sentido 
a una serie de contingencias, 
la locura liberada de la resistencia
 de una moral que culpa el egoísmo,
 ése será el anhelo del próximo año
 bajo los auspicios de Sanctus Januarius, 
donde el arte es esquizoide 
porque no puede reducirse a un rostro,
 por el contrario, debe incorporar 
cualquier mirada, cualquier voz 
en el fulcro proceso de ofrecer 
sentido a las extravagantes demandas
 de nuestro deseo
Aunque todas las voces que ha escuchado 
la filosofía han sido esquizoides,
 no todas las filosofías han tenido un rostro jánico.
 Aquí se está buscando muchas voces 
y al menos una mirada que tienda 
hacia el pasado sin olvidar que se enfrenta
 a algo que no puede ver. 
Una forma de filosofía artística, jánica y esquizoide

La seductora tesis de Antoranz culmina con una visión del "eterno retorno", como destino del "amor fati", con esta suerte de conclusión textual:

El eterno retorno atenta 
en un solo movimiento 
contra toda moral 
y metafísica reinante, 
y cumple con el cometido 
de la obra de arte: 
hacer del instante 
algo digno de repetición.

Ya hemos tratado en este blog de esta misma idea y el instante como punto de inflexión ( http://filosofandopoemasvitales.blogspot.com.es/2014/12/idiota-rompe-psicopolitica-hacia-alegria.html ) pero aquí se apunta como una suerte de nueva moral, que propugnaría Nietzsche como "la más privada" y cuya nominación conduce al ponente a llamara "de los momentos breves" o de cada momento en que pasamos a "SER OTRO" (aforismo 307), lo cual indujo una polémica en el debate.

10968435_787491294671440_5957507433633438085_n

El peligro de su relativismo puso de manifiesto hasta qué punto es arriesgado interpretar a Nietzsche, puesto que quizás ni el mismo ponente llegó saber traducir la ética del amor propio que defendía en su ponencia (Una moral del amor propio para amar el destino era el título de uno de sus apartados).

El dolor no debe ser un motivo 
para abrazar la posibilidad de otros mundos, 
sino para descubrir en éste 
una tarea heroica de amor. 
La conquista de este tipo de conocimiento 
sólo puede ejecutarse desde el amor fati, 
transferir la alegría al conocimiento 
instaurado desde una dinámica 
que no atenta contra lo vivo, 
una sabiduría que goza de jovialidad 
al deshacerse de las cadenas heredaras, 
sólo así, puede lograrse el proyecto 
más alto propugnado por cualquier 
filosofía: llegar a ser lo que somos.

El dolor es el indicativo de que algo poseído, 
que producía placer, provecho o poder, 
ha desaparecido, el dolor es la última forma 
en la que se presenta algo deseado 
que se ha perdido, y esto nos obliga 
precisamente a buscar 
alguna otra experiencia 
capaz de reconfortar las fuerzas. 
El dolor nos obliga a abrazar 
el destino si reconocemos 
en nuestra acción el motivo más alto
 de una lucha, si el dolor pretende negarse,
 anestesiarse o purificarse en los confines, entonces encontramos un tipo de fuerza 
que no es capaz de incorporar 
lo perdido como momento de expansión
 y sólo busca la conservación a
 costa del debilitamiento...
El eterno retorno simplifica
 la suma de condiciones 
de una moral que sólo puede ejecutarse 
en el que caso de que me quiera a mí mismo

Creo que al final hay algo de traición inevitable o inconsciente a las tesis de la ausencia de sentido o de dejar de propugnar hipócritamente salvaciones o redenciones.



Una mirada sin imposición de sentidos a lo real puede ser más propio del "amor fati" y quizá con tal desposesión no harán falta colores de ningún heroísmo, sino los propios y más vivos de la existencia inmanente.