miércoles, 7 de mayo de 2014

"DECIR PROPIO" bajo SENTIMIENTO INDIVIDUAL

Desde joven no deja de seducirme el siguiente aforismo de Georg Christoph Lichthemberg como una poesía vital muy necesaria:


"La gente expresaría de otra forma
hasta las cosas más comunes y generales
si supiera seguir su propio sentimiento individual"


Como apunta la antología Breviario de Aforismos (Círculo de Lectores, 2000, págs. 38-39) tal pasaje y sus precedentes vendrían a desarrollar la máxima de Horacio (Arte poética, v. 128) "Dificile est proprie communia dicere" cuya traducción literal sería "es difícil decir de forma personal lo que es de dominio público".


Pero ello siempre me ha interrogado acerca de cómo sustraernos a unas opiniones generalizadas por las tertulias públicas o los medios de comunicación que proporcionan una terminología tan contagiosa que suelen suplantar nuestro auténtico sentimiento ante lo que experimentamos.

Es decir, saber llegar a nuestra forma propia y personal de sentir la realidad, sin acudir a las fórmulas manidas que tan recurrentemente se nos suministra desde la mundanidad más ruidosa, es una conquista fundamental para salvaguardar un curso vital marcado por un conocimiento directo y no enmascarado de uno mismo.

El distingo no deja de ser sumamente difícil, porque sustraerse de lo generalizado provoca soledad, cuando no rechazo exterior, pues con facilidad se discrepa o matiza desde una perspectiva independiente.

Ese pasaje veneciano es famoso por los suspiros de quienes eran encarcelados por las autoridades, y el "decir común" nos arrastra muchas veces a prisiones del sentido propio.


Ha de buscarse aquel "ángel personal" en que resida el mensajero de lo que se siente individualmente como propio, más allá de esta traviesa representación de este dibujo de la conocida serie de Paul Klee, ilustrando reflexiones como las que han propiciado para Walter Benjamin o Massimo Cacciari (por cierto, este último Alcalde de Venecia en varias ocasiones).

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